lunes, 30 de noviembre de 2015

Cierre del año 2015 de la Cátedra Libre Salvador Allende



Cierre del año 2015 de la Cátedra Libre Salvador Allende

Viernes 4 de diciembre desde las 21 horas en el Centro Cultural y Biblioteca Popular ELUNEY. Boyacá 927

Nos acompañaran:

-      Víctor de Los Pampas
-      ÓRTIZ SARDELLA TANGO
-      Campera Sindical
Y otros artistas populares

Entre dos aguas: Patria o neoliberalismo 

Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor.
Tú no puedes comprar las nubes.
Tú no puedes comprar los colores.
Tú no puedes comprar mi alegría.
Tú no puedes comprar mis dolores.
(Vamos dibujando el camino,
vamos caminando)
catedralibreallende@gmail.com 

viernes, 13 de noviembre de 2015

Macri y los herederos del Plan Cóndor

Jovino Novoa
Macri y los herederos del Plan Cóndor
Laureano Barrera

La noticia no mereció más de un par de líneas en un diario local. El 28 de junio pasado, mientras llegaban del conurbano y el corazón sojero de la provincia los últimos partes del triunfo de Unión-Pro, y sus glamorosos militantes desataban el dance en el bunker, dos cincuentones apocados con acento forastero felicitaban a los victoriosos empresarios. Eran Jovino Novoa, presidente del Senado chileno, y el diputado Felipe Salaberry, ambos por la Unión Democrática Independiente (UDI), un partido de extrema derecha chilena. De regreso declararon a la prensa haber sido testigos “de algo que para los argentinos es histórico: el voto de rechazo a una forma de gobernar el país, con poco respeto a las instituciones”. Era la punta del ovillo: una historización de la UDI y uno de sus fundadores, Jovino Novoa, ayuda a desentrañar el cinismo de la frase, y los entramados que teje a nivel partidario la derecha continental, como reactualización del Plan Cóndor.
El Momio. El armado del rompecabezas comienza hace dos semanas, durante un desayuno en el shopping Abasto. “Jovino Novoa es la vigencia de la dictadura en la vida democrática”, dice el hombre de unos cincuenta años que oculta la última sílaba al hablar con la condición de mantener el anonimato. El veterano residente porteño, expulsado de la Universidad de Chile a mediados de los ’80 por sus ideas políticas, cuenta someramente la historia que se completará con el rastrillaje en archivos judiciales, periodísticos, y correos electrónicos al otro lado de los Andes.
Jovino Novoa Vásquez es la quinta generación de un linaje en el que el primogénito lleva ese nombre y el mandato de ser abogado. Se recibió en la Universidad Católica, e integró rápidamente el núcleo duro opositor contra Salvador Allende cuando ganó, en 1970. Ese año se radicó en Argentina desde donde contribuyó a recaudar fondos para la resistencia al “marxismo allendista”.
Regresó a Chile y se integró a la dictadura. Las fuentes consultadas lo recuerdan en primera fila de una de las ceremonias ideológicas más simbólicas: el acto de Chacarillas, donde el 9 de julio de 1977 Pinochet condecoró a 77 jóvenes “herederos del régimen”.
En 1979, ya como subsecretario general de Gobierno, digitó el fraude más obsceno de la historia política chilena cuando se plebiscitó la Constitución de 1980. En una circular secreta, pedía “listas de personas confiables para que sean designadas presidentes de mesa”, y promovía “la inscripción de personas de sectores favorables al gobierno para que participen en el sorteo de vocales”. Días más tarde, una comisión de la oposición demostró que al menos en nueve provincias había votado más del ciento por ciento de la población.
Según denuncias de familiares de víctimas, mientras ocupó su cargo entre 1979 y 1982, se cometieron 39 asesinatos de líderes opositores, de los 3.000 que se estiman en los 17 tenebrosos años que reinó el tirano. La más recordada es la del líder sindical Tucapel Jiménez. Aunque Novoa nunca fue procesado, sí lo fueron varios de sus funcionarios, principalmente por espionaje y seguimientos.
Si bien en 1993 su hermano Héctor fue detenido y vinculado a un cartel colombiano de narcotráfico y lavado de dinero, el golpe más duro para su vida política fue el escándalo más sonado de la era postpinochetista: el caso Spiniak.
Pederasta. En septiembre de 2003, los carabineros desbarataron en un exclusivo barrio de Santiago una red de pedofilia regenteada por el magnate Claudio Spiniak. Una diputada, Pía Guzmán, ventiló en el Congreso que había parlamentarios implicados. El nombre de Novoa –junto a otros de la UDI y la Democracia Cristiana– fue mencionado por una joven humilde abusada –acompañada por un cura católico de base, el Padre Jolo–, que como prueba hizo un mapa preciso de la anatomía del senador: sus manchas, cicatrices y hasta la ubicación de un testículo por encima del otro.
Luego de diez meses de picota mediática, la joven confesó haber mentido. Aunque el juez absolvió a los legisladores y la condenó junto al sacerdote a tres años y un día por falso testimonio –apenas dos años menos que a Spiniak–, las tres fuentes consultadas aceptan las sospechas y una de ellas malicia una suspicacia: “Se dijo que hubo mucho dinero. Era una chica humilde, tenía una hija y un pololo lejos, en Calama”.
Jovino Novoa fue electo en marzo presidente del Senado y sigue siendo una vaca sagrada dentro del ala dura de la UDI, pero luego del traspié público –que sepultó las aspiraciones electorales del líder de la fuerza, Joaquín Lavín, en 2005– quedó sin fuerzas para presentar su candidatura. “La mayor paradoja de Novoa es que hoy aparece públicamente apoyando a un candidato presidencial que detesta: Sebastián Piñera”, confía un conocedor de la Alianza formada con la centroderecha de Renovación Nacional.
Los odios íntimos, amén de diferencias en torno de la figura de Pinochet, se agudizaron con el caso Spiniak. “La UDI y Novoa sospecharon siempre del papel de Piñera en el caso, especialmente porque más de una vez dijo que Guzmán ‘no mentía’ y hasta hizo encuestas a través de la Fundación Futuro (de la que es dueño), en las que se apoyaba la denuncia”.
Condoritos. Los vínculos de la UDI y el macrismo no se limitan a la entusiasta visita postelectoral. Jovino Novoa fue nombrado en abril de 2008 presidente de la Unión de Partidos Latinoamericanos (Upla). Este conglomerado de partidos es la sede latina de la IDU (International Democrat Union), definida sin tapujos en el sitio web del senador como “la organización de partidos de centroderecha más grande del mundo, con más de 80 países miembros”.
En su asunción, Novoa dijo sentirse honrado con el lauro y destacó el fortalecimiento estratégico para la UDI de las relaciones internacionales, “sobre todo en momentos en que en América Latina están predominando ideas populistas y de izquierda”.
El hombre de Macri en el enclave conservador es el diputado Julián Obiglio, encargado de las relaciones internacionales junto al versátil –oficial montonero, diplomático menemista y ahora macrista– Diego Guelar. “El PRO es miembro observador, no pleno (que paga una cuota), pero igual mantiene relaciones institucionales con los partidos, va a los encuentros y está al tanto de todo lo que sucede allí”, responden desde el entorno del diputado ante la consulta de este diario.
“Reúne a los partidos de centro”, agrega la fuente al tabular a la Upla en el arco ideológico, aunque en la portada del sitio web upla.net
, por ejemplo, se leen loas a Uribe por su decisión de instalar bases norteamericanas, y se califica al golpe de Estado con el que Roberto Micheletti derrocó a Manuel Zelaya hace dos meses como “un precedente para sostener la vigencia del Estado de Derecho y las reglas de juego democráticas” ante un “proyecto político personalista y dictatorial”. Otra de sus plumas califica al socialismo como un “sistema negativo, una ideología oportunista que nació y crece como un tumor del capitalismo”.
Buenos Aires será anfitrión en noviembre de este año de un seminario bajo el lema Las políticas públicas en Latinoamérica, y sus organizadores serán la Fundación Jarl Hjalmarson y Recrear, con siglas aggiornadas: el PRO. Si los fondos no salen de las arcas públicas municipales, es justo inferir que el ente financiador del evento será la Fundación Hjalmarson, que pertenece al Partido Conservador sueco y lleva el nombre del histórico dirigente con pasado en la filonazi Unión Juvenil Nacionalista Sueca (SNU) de los años ’30.
La Fundación europea hace “donaciones” a Centros de Estudios fundamentalistas del libre mercado que operan con sus sellos en la desestabilización de los gobiernos progresistas de la región.
Con base en Santiago, las dictaduras latinoamericanas se asociaron en 1975 para espiar, secuestrar y asesinar a sus adversarios políticos más allá de sus fronteras. Hoy, la derecha resurge institucionalizada bajo la batuta de un hijo pródigo de Pinochet.
El año pasado, Macri y parte de su gabinete estuvieron en la capital trasandina para un encuentro de alcaldes organizado por la UDI, “y se reunieron con Jovino Novoa”, reconocen desde el despacho de Obiglio.
–Jovino Novoa es repudiado por su participación en la dictadura de Pinochet –sugiere Miradas al Sur al colega trasandino.
–No te creas. En Chile los partidos de derecha son pinochetistas y los vota la mitad de la población. No es como acá: allá las cosas se valoran de otra manera.
ESTA NOTICIA FUE PUBLICADA POR MIRADAS AL SUR HACE 6 AÑOS.  

EL 22 DE NOVIEMBRE DE 1949 SE ESTABLECE LA GRATUIDAD DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA EN LA ARGENTINA.
EL 22 DE NOVIEMBRE DE 2015, LA CÁTEDRA LIBRE SALVADOR ALLENDE  LLAMA A VOTAR A DANIEL SCIOLI EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, GRATUITA Y DE EXCELENCIA.
catedralibreallende@gmail.com 

martes, 29 de septiembre de 2015

El rol de los Edwards en la Guerra del Pacífico y el conflicto que arrastran Chile y Bolivia

Agustín Edwards Eastman


El rol clave de los Edwards en la Guerra del Pacífico y el conflicto que arrastran Chile y Bolivia

Según "Una biografía desclasificada del dueño de El Mercurio: Agustín Edwards Eastman", de Víctor Herrero

La demanda de Bolivia contra Chile en la Corte Internacional de La Haya tiene su origen en la denominada "Guerra del Guano y el Salitre" de 1879, en la que Chile “adquirió” el territorio de Antofagasta, el cual era boliviano y le daba salida al mar a dicho país. La guerra se inicia luego de que Bolivia decidiera implementar un impuesto a la extracción de salitre en sus tierras, por parte de empresas extranjeras, una de las cuales era la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, de la que la familia Edwards era dueña de más del 40%.

El fallo de la Corte Internacional de la Haya de la semana pasada –en el que por 14 votos contra 2 decidió declararse competente ante la demanda marítima presentada por Bolivia contra Chile– trajo consigo múltiples celebraciones y una declaración de victoria por parte del país vecino, mientras que en nuestro país la Presidenta Michelle Bachelet fue tajante en decir que "Bolivia no ha ganado nada" y que la soberanía de nuestro país no está en juego.

Es así como a 136 años del origen de ese conflicto, en La Guerra del Pacífico, no se logra llegar a un acuerdo respecto a la demanda de Bolivia, que indica que tiene derecho a una salida al mar, a pesar de que perdió el territorio en dicha cruzada, la que es conocida como "Guerra del Guano y el Salitre", ya que se inicia luego de que Bolivia decidiera implementar un impuesto a la extracción de salitre en sus tierras, por parte de empresas extranjeras, una de las cuales era la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, de la que la familia de Agustín Edwards era dueña de más del 40%.

Esta es la historia de cómo Agustín Edwards Ossandón –bisabuelo del actual dueño de El Mercurio– jugó un rol preponderante de "lobby" político y empresarial para que se desencadenara la Guerra del Pacífico, la que es relatada en Una biografía desclasificada del dueño de El Mercurio: Agustín Edwards Eastman, de Víctor Herrero.

Edwards Ross el bisabuelo de la impronta político-empresarial y de medios

"Agustín Edward Ossandón fue el creador de la inmensa fortuna de los Edwards, pero fue su hijo Agustín Edwards Ross quien catapultó a la millonaria familia de provincia hacia los más altos círculos del poder político y social chileno", así describe Víctor Herrero, en su biografía desclasificada del dueño de El Mercurio, al bisabuelo de Agustín Edwards Eastman y segundo Agustín de una dinastía que comprendió perfectamente el juego unificado entre el dinero, la política y los medios de comunicación.

Según el libro, Edwards Ross, "El cucho", fue quien se dio cuenta de que "el mundo político no solo servía para articular los intereses económicos de su familia, sino también para ganar prestigio (...) la generación de los primeros herederos ambicionaba ya no solo riquezas, sino poder".

"En pocos años, este nuevo Agustín Edwards se convertiría en uno de los principales protagonistas en tres grandes acontecimientos históricos que, hasta cierto punto, repercuten hasta nuestros días: la Guerra del Pacífico de 1879, la Guerra Civil de 1891 y la creación de una prensa moderna y con una influencia nunca antes vista en el país", agrega Herrero.

De acuerdo al texto, la generación de los financistas y banqueros que se enriquecieron gracias al auge de la minería de mediados del 1800 "ejercía una enorme influencia sobre el aparato fiscal y el Gobierno del país, pero lo hacían preferentemente desde las sombras". Es más, Agustín Edwards Ossandón –el primero de la dinastía– fue electo diputado por Valparaíso en 1891, pero no ejerció su labor parlamentaria, ya que el fin era acceder al fuero parlamentario, "que los protegía de investigaciones judiciales".

En cambio, Agustín Edwards Ross, militante del Partido Nacional, da un giro a esta tónica, desde joven tenía otra visión, por lo que fue quien por primera vez esbozó la filosofía política y económica que ha marcado a su familia y de cierta manera el destino de Chile: la riqueza se genera por el esfuerzo individual, el Gobierno debe garantizar la libertad, "que promueva este impulso empresarial" y que el Estado debe garantizar el orden legal para que se desarrollen los negocios.

Además, los elementos de la "ética protestante y espíritu del capitalismo" están muy presentes en estos discursos de Agustín Edwards Ross. "Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos", fue el título de una de las exposiciones que realizaba en la época en distintas escuelas.

Rol desencadenante en la Guerra del Pacífico

Un año después de la muerte de su padre, en 1873, Edwards Ross tuvo un papel fundamental, hasta "desencadenante" de la Guerra del Pacífico. Ese año asumió la presidencia de la "Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta", de la cual su familia tenía el 42% de las acciones. "Agustín Ricardo, de veintiún años, envió a un emisario a La Paz para gestionar con el Gobierno de Bolivia el reconocimiento de los derechos y concesiones de esa compañía para explorar y exportar salitre en amplias zonas de la región de Antofagasta que entonces pertenecía al país vecino", lo que fue concedido, pero nunca ratificado por el Congreso de Bolivia. Luego, en 1878, la Asamblea Constituyente boliviana aprobó sin problemas el establecimiento de un impuesto de diez centavos al quintal de salitre exportado, lo que desencadenó la ira de los empresarios chilenos, entre ellos Edwards.

La Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta se negó a pagar este impuesto, 9 meses después el prefecto de Antofagasta ordenó la aprehensión del gerente general de la empresa de Edwards, estando solo dos meses detenidos. Pero no todo estaba zanjado, en enero de 1879 La Paz aprobó un decreto para confiscar los bienes de la empresa y anunció el remate de estos, con lo que las faenas de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta se detuvieron. En paralelo, el Gobierno chileno de Aníbal Pinto también desplegó sus cartas. Los empresarios llevaban tiempo presionándolo para que interviniera, aunque un conflicto fronterizo mantenía la atención de las autoridades nacionales, pero la posibilidad de un remate de una empresa chilena levantó las alarmas y el presidente envió al buque Blanco Encalada a las costas de Caldera. Cuatro días después, este ancló en Antofagasta.

En paralelo el representante en Chile de Gibbs & Sons –también dueños de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta– escribió a sus superiores en Londres, con el objetivo de dar a conocer la estrategia zanjada tras una reunión de accionistas. En la misiva se recomendaba "gastar algún dinero para estimular a periodistas en los diarios para que publiquen artículos de naturaleza patriótica", lo que efectivamente ocurrió –como relata el libro– y en los diarios El Ferrocarril y Los Tiempos se publicaron textos de corte nacionalista.

Finalmente la jugada política y militar de Chile llegó, y justo cuando la Compañía de Salitres y Ferrocarriles iba a ser rematada en Antofagasta (14 de febrero de 1879) las tropas chilenas desembarcaron en el puerto de dicha ciudad. De esta forma, Agustín Edwards Ross salvó a su empresa de ser rematada y fortaleció su poder económico y de manipulación política.

Dos semanas después del arribo en Antofagasta, Bolivia,  junto a Perú, declaró la guerra a Chile. "El conflicto bélico duraría un poco más de cuatro años y causaría unos catorce mil muertos", detalla el libro.

Pero el accionar de Edwards y las conexiones del mundo político con el sector económico eran evidentes. Según Víctor Herrero, "llama la atención que tres de los cinco ministros que conformaron el primer gabinete de guerra chileno eran accionistas minoritarios de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. Ellos eran Antonio Varas, ministro del Interior; Domingo Santa María, ministro de Relaciones Exteriores, y Jorge Huneeus, ministro de Justicia".

Otra operación que es develada por el libro es que, pocas semanas después de que estalló la guerra, apareció ante el notario de Antofagasta el estadounidense Charles C. Greene, el nuevo gerente de la Compañía de Salitres y Ferrocarril", ¿el objetivo? Pedir el permiso, a nombre de 21 empleados de la empresa, un permiso ante notario para explorar yacimientos en la zona ya ocupada por Chile. Luego fueron inscritas "51 tacas de salitre a nombre de los empleados", los que no pagaron nada por el procedimiento y que el siguiente año cedieron sus derechos a la  Compañía de Salitres y Ferrocarril, de la cual Edwards Ross era director.

Treintaiún años después la operación salió a la luz: un civil levantó una denuncia por posible fraude al fisco, pero este no se hizo parte y, ya en la Corte Suprema, la  Compañía de Salitres y Ferrocarril contrató como abogado a Luis Barros Borgoño, ex relator de la Corte y quien luego sería Vicepresidente de la República, el que finalmente hizo que la empresa ganara la demanda, esto a pesar de las repercusiones mediáticas y de protestas obreras. El fallo era descrito "como un ejemplo de cómo la oligarquía y el Estado confabulan para favorecer los intereses de los grandes empresarios", relata la biografía.

Es a raíz de estas operaciones que "Agustín Edwards Ross sacó dos lecciones valiosas del conflicto de 1879. La primera era que las guerras victoriosas son un negocio muy rentable y, la segunda, que la prensa es un factor clave en formar una opinión pública favorable a los intereses propios".

El segundo aprendizaje fue fundamental para la política comercial de la familia Edwards: para generar una real influencia en el país había que mezclar los intereses políticos con los económicos y la "herramienta crucial para lograrlo era la prensa", escribe Herrero. Es así como en 1882 Edwards Ross compró el diario La Época y luego, en 1882 o en 1884 –no está clara la fecha– compró El Mercurio de Valparaíso.

"Con el término de la Guerra del Pacífico, Agustín Edwards Ross emergía como una de las figuras más poderosas de Chile. No solo había logrado expandir la vasta fortuna familiar, sino que ejercía también una enorme influencia empresarial y política. Los Edwards, que habían hecho fortuna en las inhóspitas y polvorientas ciudades y pueblos del Norte Chico, se instalaban ahora cada vez más cerca del centro mismo del poder", señala la biografía desclasificada del dueño de El Mercurio.

Es así como el joven Agustín Edwards Ross, de 21 años, bisabuelo de Agustín Edwards Eastman, el actual dueño de El Mercurio, cumplió un rol fundamental en la denominada Guerra del Pacífico, la que dio origen a la pérdida de la salida al mar de Bolivia y que hoy tiene a Chile enfrentando un juicio ante la Corte Internacional de La Haya, el que podría durar hasta cuatro años más.

Gentileza de elmostrador.cl   

lunes, 21 de septiembre de 2015

No en nombre de Allende ni del Socialismo


No en nombre de Allende ni del Socialismo
Pablo Sepúlveda Allende*
Inaceptables y dolorosas son las declaraciones de la Presidenta del Partido Socialista de Chile en contra de la condena de Leopoldo López, dirigente opositor declarado culpable por incitación a la violencia y otros delitos enmarcados en un plan declaradamente sedicioso llamado “La Salida” (1) que condujo a una fuerte ola de violencia callejera de tendencia fascista que duró varios meses y que costó la vida de 43 seres humanos además de millonarias pérdidas materiales. Declaraciones  tan desafortunadas como desinformadas en que la Senadora, hija de Salvador Allende, dice: “no logro entender que un opositor que haga una acción que no tiene ninguna violencia, que manifiesta su opinión crítica a un gobierno pueda ser encarcelado”.  ¿Cómo leer, cómo entender dichas afirmaciones teniendo en cuenta la historia reciente de Chile, su historia personal y nuestra propia historia familiar? Historia que fue marcada justamente por este tipo de violencia desenfrenada y llena de odio.

El condenado dirigente político Leopoldo López hizo un llamado abierto y público, claramente dirigido a la insurrección, “al alzamiento”, a “permanecer en las calles hasta lograr la salida del gobierno”, “hasta que logremos sacar a quienes nos están gobernando”; que como decíamos condujo a unos meses de violencia política que buscaba el derrocamiento de un gobierno legítimo y con gran apoyo ciudadano, como decir que la acción premeditada del sedicioso plan “La Salida” es “una acción que no tiene ninguna violencia”, que solo “manifiesta su opinión crítica a un gobierno”. Peor aún, cómo calificar a López   “preso de conciencia” cuando además de lo referido fue uno de los protagonistas más visibles y violentos de la represión del régimen golpista que derrocó por 48 horas a Hugo Chávez el año 2002. ¿Por qué hacer semejantes y desafortunadas declaraciones, tan reduccionistas, tan desinformadas, tan doble estándar? “A nombre personal” y “como Presidenta del Partido Socialista de Chile” sabiendo perfectamente que quien habla es la hija de Salvador Allende. ¿Por qué hablar de Leopoldo López y callar sobre los múltiples crímenes y atrocidades que se cometen a diario en nombre de la supuesta lucha antiterrorista, la democracia y la libertad?

Creo que hay respuestas más de fondo y  que tienen que ver con lo ideológico, sobre conceptos sobre el Socialismo y el Neoliberalismo, etc… pero en este caso sobre todo se evidencia un doble estándar cuando se habla de Democracia y Derechos Humanos, cuando hay una valoración y un juicio condenatorio a priori al hablar de estos temas en los casos de Venezuela y Cuba, y  cuando por otro lado no se dice nada, no se señala, no se condenan, por ejemplo, los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Israel contra el Pueblo Palestino, las fosas comunes del Uribismo en Colombia, las torturas en la cárcel de Guantánamo, la terrible desaparición de 43 estudiantes normalistas en México hace un año!…, por qué el silencio ante los Presos Políticos Mapuche, el asedio y represión brutal a las Comunidades Mapuche por parte del gobierno que representa?  O simplemente las guerras genocidas promovidas y auspiciadas por el gobierno de los EEUU en el mundo, etc… ahí no hay denuncias, solo hay silencio.

Por otro lado está lo pragmático de la política, el desviar la atención de los problemas internos; cuando el gobierno de Chile está pasando sus peores momentos en términos de legitimidad ante la ciudadanía, cuando la clase política está valorada de forma tan negativa, cuando los escándalos de la corrupción estructural de la política en Chile (si, de ese Chile supuestamente tan incorruptible)  salen a la luz. La llamamos corrupción estructural e inmoral (y de cierta forma hasta “legalizada” en la actual Constitución heredada de Pinochet), porque ahora se sabe hasta qué niveles se ha prostituido la política ante el poder económico de las grandes empresas, de las familias más poderosas,  de las grandes fortunas económicas que financian las campañas de los políticos en todos los niveles y en casi todos los sectores y casi a todos los partidos políticos.

Pero lo peor y más inmoral, es cuando empresas expoliadas y enajenadas al Estado chileno durante la dictadura pinochetista, empresas estratégicas que fueron entregadas, por ejemplo al entonces yerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, y quien a través de la empresa Sociedad Química Minera de Chile (SOQUIMICH) aparece entregando millonarias sumas de dinero a campañas de políticos de los partidos del actual gobierno,  incluyendo gente del Partido Socialista, el mismo partido que fundara Salvador Allende, gente como el senador Fulvio Rossi (que incluso se entrevistó con Enrique Capriles en su última visita a Chile) quien ha sido llamado a declarar por boletas facturadas a la empresa controlada por el ex yerno de Augusto Pinochet; asimismo con Milton Lee Guerrero, ex tesorero del Partido Socialista. Por otro lado esta gente como Enrique Correa, importante dirigente político durante el Gobierno de la Unidad Popular y que ahora es importante lobbysta de la Consultora Imaginacción que le ha hecho asesorías a SOQUIMICH, al grupo Penta y al grupo Luksic, todos grupos económicos financistas de la política chilena y que además en absoluta incoherencia ideológica y ética, es Vice-Presidente de la Fundación Salvador Allende….

Por último, no se puede dejar de comentar sobre las declaraciones de Felipe González, para quien “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro”, opiniones como estas son un real insulto a los derechos humanos y a la historia, un insulto a las millones de víctimas de las dictaduras latinoamericanas. Estas declaraciones se enmarcan en la misma campaña internacional contra Venezuela, de la cual desafortunadamente se ha hecho eco la senadora Isabel Allende. Esto no es casualidad porque el señor Felipe González y el PSOE son el  referente ideológico del Partido Socialista de Chile de pos-dictadura. Cabe preguntarle a la dirección del Partido Socialista de Chile, que sufrió en carne propia los horrores y las atrocidades de la dictadura pinochetista, si está de acuerdo con que semejante camaleón político, que con estas declaraciones mostró sin vergüenza su falta total de ética, siga siendo su mentor político.

 (1) El plan ‘La Salida’ derivo directamente en las protestas violentas, las llamadas “guarimbas”, que azotaron viarias ciudades de Venezuela durante más de dos meses donde el odio político se apodero de sectores importantes de la oposición, solo con mencionar que en muchos sectores sociales donde se realizaban las ‘guarimbas’, en postes y semáforos se colgaban del cuello a muñecos vestidos de rojo, en alusión a los simpatizantes del chavismo, también hubo mucho hostigamiento y amenaza a las familias que reconocían como simpatizantes del gobierno en los sectores donde predomina la oposición y donde se realizaban las ‘guarimbas’, por lo demás sectores siempre de clase media alta o alta.

*Pablo Sepúlveda Allende es médico y es nieto del Presidente Salvador Allende.
catedralibreallende@gmail.com