jueves, 9 de noviembre de 2017

Defender la democracia

Defender la  democracia

En pocos días han detenido a Julio De Vido, Amado Boudou y han condenado a Luis D´Elía a cuatro años y ocho meses de prisión.
A De Vido se le quitaron los fueros de una manera vergonzosa, ya que no había sido ni siquiera llamado a indagatoria en las causas por las que se lo acusa. El peritaje sobre el cual se fundamentó una de las causas no sólo no fue contrastado con ningún otro, sino que incluso ya se ha imputado por falso testimonio al autor del mismo, David Cohen.
El desafuero llevó a que se me cayera la imagen de dos políticas: Myriam Bregman, de quien hubiera esperado una actitud ética -ya que ha trabajado en derechos humanos y es una abogada con una formación sólida- y de la diputada María Emilia Soria, cuyos discursos encendidos en la defensa de causas justas, habían ganado mi admiración. No me hablen de principismos quienes son capaces de enviar a prisión a una persona antes que soportar las presiones sociales.
Hubiera sido loable que los compañeros de su fuerza bajaran al recinto a dar el debate. No importa que tuvieran quorum quienes votaban el desafuero, se podía manifestar allí la persecución política y lo ilegítimo del procedimiento.
Amado Boudou siempre estuvo a derecho, presentándose a declarar semanalmente, cumpliendo todos los requerimiento legales y no existe condena en ninguna causa.
El Poder Judicial ha demostrado que lo establecido por la Ley no cuenta en estos casos.
Luis D´Elía es condenado por un hecho ocurrido hace 14 años, es decir, que estaba prescripto. Se trató de una protesta en una comisaría porque demoraban la detención de Juan Carlos Duarte, vinculado al narcotráfico y además responsable del asesinato de Cisneros, un militante allegado a
D´Elía. Después de esta protesta el narco fue detenido y condenado a 17 años de prisión. El desalojo de la comisaría se realizó sin violencia y sin víctimas.
Lo que se está condenando es el derecho a la protesta.
Esta persecución judicial a los militantes comenzó con Milagro Sala, que aún se encuentra en prisión, en directa oposición a lo dispuesto por la CIDH.
Si no nos acompañamos y defendemos, confundimos a la gente.
Hace unos años, muchas veces escuchamos en las calles, comercios, a compañeros de trabajo o vecinos, repetir ataques de los medios hacia el gobierno kirchnerista y muchas veces callamos para evitar una discusión o enfrentamiento. Sin proponérnoslo, permitimos sostener la confusión generalizada. Hoy, cuando no sostenemos a los compañeros, muchos pueden entender que también los consideramos culpables.
No estoy confirmando inocencia o culpa en cada causa. Lo que es claro, es que hasta el momento no han sido condenados. Y que la defensa de la democracia y la república, implica que no vayan presos por indicación de la prensa.
También es verdad que si el día de mañana se demuestra que sólo se trató de persecución política sin más, no estuvimos a la altura de las circunstancias y lo que es más grave, serán muy pocos quienes estén dispuestos a ejercer cargos públicos en gobiernos populares. El mensaje es muy claro. No se trata sólo de distraer a la población de las medidas económicas que se están tomando. Es más trágico: se trata de disciplinar a los políticos que de acá en más puedan llegar al poder en nuestro país, de mostrarles lo que puede pasar si no favorecen a los más poderosos, si sacan los pies del plato.
Si queremos tener futuro, que el día de mañana existan representantes dispuestos a defender los intereses populares, es preciso que sepan que somos muchos los que estamos dispuestos a pelear contra las injusticias.
Valeria S.

"Conferencia de prensa en defensa de la democracia - Eugenio Raúl Zaffaroni" 8/11/2017