domingo, 3 de julio de 2011

Movimiento estudiantil chileno en Argentina, exiliados por la educación

Declaración Publica
Leída frente al Consulado General de Chile en Buenos Aires
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http://www.youtube.com/watch?v=y7PG75pYlr4&feature=related

Por medio de esta declaración saludamos y manifestamos nuestro más amplio y ferviente apoyo a las movilizaciones del mundo de la educación que se realizan en Chile. Los estudiantes chilenos en Buenos Aires adherimos a la Jornada Nacional de Movilización que han convocado las distintas organizaciones estudiantiles, sociales y políticas llamando a un Paro Social Nacional por la Educación Pública por lo cual hemos convocado a una manifestación de carácter pacífico, de denuncia y de difusión de la lucha de los chilenos dentro y fuera del país para mañana jueves 30 de junio por un Chile igualitario, justo y con verdadera democracia.

Frente a esto quisiéramos comenzar afirmando que no es posible comprender el movimiento estudiantil y social actual en Chile sin conocer antes las razones históricas y económicas que han producido tal radicalidad y profundidad en las demandas; tal convocatoria en todas las regiones del país, con una inmensa cantidad de colegios públicos y privados en toma o en paro, movilizados; y tal transversalidad considerando los diversos actores sociales que se han sumado al movimiento y a la organización que se han dado a sí mismos los universitarios y secundarios del país pertenezcan o no al CONFECh.

Lo que se vive hoy en Chile no es ni casual, ni espontáneo; es producto de la crisis institucional que se vive en el país. Crisis que abarca por completo la década de los noventas e inicios del primer decenio de este siglo y que se ve reflejada en las distintas movilizaciones sociales que se han venido gestando en Chile, por las más variadas y legítimas demandas. Un nuevo sujeto social nace a partir de la enajenación del Estado de su mismo sujeto legitimante: el pueblo soberano. Las lógicas neoliberales que constituyen un intrincado proceso económico, político, social y cultural, obligan a la clase política a desentenderse del sentido común del pueblo chileno con el fin de profundizar aquel sistema impuesto por la fuerza y por la sangre.

La educación está en crisis y es una crisis profunda. Una crisis estructural que exige medidas radicales que ninguno de los gobiernos post-dictadura ha querido adoptar, pese a percibir claramente los síntomas de malestar hace bastante tiempo. Ecos de un sujeto social castrado por la dictadura a punta de balas y que hoy emerge con fuerza en la conciencia de muchos jóvenes que ven cómo unos pocos se llenan la los bolsillos a costa de las deudas de muchos amparados en un sistema legal que es producto de una democracia altamente insuficiente. Un sistema de financiamiento educacional más determinado por las potenciales ganancias de los bancos (a través de créditos usureros) y del posible lucro que uno que otro dueño pueda sacar de su universidad privada, que no solo pone en peligro el desarrollo del país; también pone en peligro algo mucho más trascendental: la felicidad y la tranquilidad de cada sujeto de nuestra nación, la felicidad y la tranquilidad de Chile y de sus pueblos.

Los estudiantes chilenos movilizados en Buenos Aires adherimos a la movilización convocada para el jueves 30 de junio, aún alejados de nuestra patria, pues consideramos necesario y, en consecuencia, exigimos la construcción de un proyecto de educación garantizado constitucionalmente como un derecho social, universal en todos sus niveles, fundando un sistema de educación pública, gratuita estatal, laica y de calidad, orientado a la producción de conocimiento para un desarrollo integral e igualitario y a la satisfacción de las necesidades de Chile y de sus pueblos.

Aún más, el exilio educacional al que nos vemos obligados por las condiciones injustas de costo, ingreso y acceso a una educación superior de calidad nos condujo a un país en el que las circunstancias son diametralmente opuestas, donde la sola mención de la inexistencia de la gratuidad y de la educación pública en nuestro país causa una extrañeza enorme, mientras que en Chile lo que causa extrañeza es la gratuidad unida a la calidad de la educación, evidencia palpable de la manipulada información que los gobiernos de la Concertación y de la derecha han entregado al pueblo chileno a fin de sostener sus propios intereses económicos y mantener a la sociedad entera en un estado miope que no le permite liberarse de las condiciones educacionales que eternizan el malestar y hacen de él una condición casi necesaria para existir y ser en nuestro país.

Aquí en Argentina, la Universidad de Buenos Aires (pública, nacional, autónoma y gratuita no solo para los argentinos, también para extranjeros como nosotros) concentra una matrícula total de 321.970 estudiantes en carreras de grado y posgrado, aproximadamente la misma cantidad de matricula que concentran las universidades pertenecientes al CRUCH. En Argentina, país que nos da la opción de poder realizar nuestros estudios gratis y con probada calidad, existen 46 universidades nacionales y 7 institutos universitarios estatales. Con todo el gasto estatal que ello implica, Argentina es uno de los países con mayor crecimiento en el mundo. Entonces ¿Cómo es posible que nos digan que nuestras demandas son excesivas y no corresponden a las necesidades del país? ¿Sobre qué argumento sostienen la imposibilidad de dar gratuidad y calidad a la educación pública? La verdad es que hoy en día quienes defienden esa educación segregada, elitista, excesivamente costosa, carente de libertad, productora de desigualdades y que esclaviza al pueblo chileno a través de la deuda (tal y como vemos hoy por hoy con él caso La Polar y la política igualmente usurera de la industria crediticia del retail), solo defienden el inmenso aparato económico que se ha montado en torno a la educación, convirtiendo lo que debería ser un derecho de todos, en un vil negocio. Ni siquiera un negocio honesto. Un negocio inconstitucional, deshonesto e ineficaz.

Hoy en Chile, una nueva generación de luchadores sociales y políticos se ha ido constituyendo, al fragor de la lucha en las calles y aulas, como sujetos colectivos sociales que lentamente irán tomando posición frente al poder institucionalizado, legitimado en la constitución impuesta a la fuerza por la dictadura. Uno de los principales sujetos es el estudiantil secundario, cuyo despertar se da el 2001 en “el mochilazo” y su momento de mayor fuerza en “la rebelión pingüina” de 2006. Los universitarios no se quedan atrás, hoy reviven con nuevas fuerzas las movilizaciones de 1997 y el recuerdo de Daniel Menco, joven estudiante asesinado por Carabineros de Chile en 1999, es inspiración en la acción de protesta y movilización.

Como precedente a las protestas y movilizaciones ha surgido una nueva capacidad de organización en asambleas democráticas. En estos momentos es imprescindible la unidad de los diversos sectores y organizaciones del Movimiento Estudiantil esta debe ser bajo el alero de la más amplia participación y transparencia en la toma de decisiones. Es por esto que hacemos un llamado al pueblo de Chile a converger en la más amplia unidad para extirpar ahora y para siempre el carácter neoliberal de la educación que coarta y excluye a miles de chilenos y chilenas de uno de los derechos fundamentales que consagra la Declaración Universal de los Derechos Humanos firmada por el Estado de Chile hace casi medio siglo atrás. Por lo mismo saludamos a todas las organizaciones que hoy en día se encuentran dirigiendo y organizando las demandas y peticiones de los distintos actores del mundo educacional.

Es por esto que saludamos toda propuesta para la solución del conflicto que sea democrática y de base, que promueva la creación de una institucionalidad en donde todos los actores y en especial el amplio movimiento social jamás representado por el Congreso Nacional de Chile, puedan desplegar legítimamente las demandas de todo el pueblo chileno y no solo los de la clase política ampliamente desprestigiada.

Por lo anterior es que mañana jueves 30 de junio de 2011 nos movilizamos en Buenos Aires desde el Obelisco al Consulado de Chile para apoyar el paro social por la educación que se realiza en nuestro país de origen. Nuestra lucha es por una Educación Pública, Gratuita, Estatal Laica, para todos y todas y que esté al servicio del Pueblo de Chile.

Atentamente

Movimiento estudiantil chileno en Argentina, exiliados por la educación.

Buenos Aires, jueves 30 de junio de 2011.

catedralibreallende@gmail.com