martes, 30 de octubre de 2012

Crisis de representatividad allende los andes

Crisis de representatividad allende los andes
El 20 de diciembre de 2011 el Congreso Nacional chileno aprobó la llamada Ley de Inscripción Automática y Voto Voluntario (LIAVV). Expreso en esa ocasión el presidente Sebastián Piñera, “esto significa que casi cinco millones de chilenas y chilenos que no participaban de nuestra democracia, van a ser ciudadanos con derecho a voto, pues de los casi 13 millones de personas mayores de 18 años, sólo 8 millones están inscritos en el padrón electoral, lo que significará un rejuvenecimiento del electorado que en la actualidad está compuesto en un 60% por mayores de 45 años, cifra que bajará a 42%, por el crecimiento del padrón electoral en un 55%”.


Pasaron 10 meses y las palabras de Piñera y de la partidocracia chilena que representa cayeron al vacío; se realizaron las elecciones municipales  este domingo 28 de octubre y de un universo electoral de 13,4 millones, votaron 5,4 millones de electores, es decir, un 40%; por diferencia NO VOTO el 60% restante de 8 millones. En las elecciones del año 2010, votaron cerca de 7 millones de personas, cifra superior a la de este año 2012, registrándose en las municipales una reducción de los votantes con respecto al 2010 de un poco más del 20%.
Como conclusión en las últimas elecciones municipales el porcentaje  mayoritario de los nuevos electores NO VOTARON (se estima una cifra superior al 90%), sumándose a esta tendencia  personas que votaron en el año 2010 y no lo hicieron ahora, más el promedio histórico que no votaba. En las elecciones realizadas en Venezuela el 7 de octubre pasado -donde el voto también es voluntario- participo más del 80% de la población.
¿Cómo se repartió en Chile el minoritario 40% que voto? La oposición (centroizquierda) sumo en la elección de alcaldes un 43,1 % contra un 37,47 % de la coalición oficialista. En la elección de concejales, la oposición llego al 49,46 % y la derecha oficialista al 32,94 por ciento.
Lo anteriormente descrito refleja la crisis de representatividad del sistema jurídico-político chileno, que NO responde a las demandas sociales y políticas de sus ciudadanos o electores. El objetivo de la democracia representativa es canalizar estas demandas, de lo contrario surge la protesta. Es el momento de escuchar al pueblo que se expreso en las urnas y que reclama: NO al sistema binominal, NO a la mercantilización de la educación y la salud; NO al lucro; NO a la constitución neoliberal y plutocrática de Pinochet; NO a la entrega de los Recursos Naturales (cobre y litio), NO a la represión al pueblo mapuche.  Si a una asamblea constituyente de cabildos abiertos que redacte una nueva constitución que dé cuenta de la realidad. De no escucharse estas demandas el pueblo en sentido amplio seguirá recreando y construyendo esta protesta contra la plutocracia, abriendo así las grandes alamedas de la diversidad, la libertad y la justicia social.

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