domingo, 27 de enero de 2019


El intervencionismo de Estados Unidos en América Latina y el Caribe



La Doctrina Monroe, “América para los americanos”, establece que cualquier acto de emancipación o soberanía de los latinoamericanos que se considere afecte los intereses de los estadounidenses será visto como un acto de agresión que requiere la intervención de ese país. Se considera así a latinoamerica como un espacio de influencia exclusiva de Estados Unidos, o como resaltan republicanos o democratas norteamericanos cada vez que consideran necesario recordarlo, “es nuestro patio trasero”1
Se apelo a esta doctrina en1845 para declarar la guerra México y despojarlo de las provincias de California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas, y partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Mediante la fuerza México pierde más de la mitad de su territorio.
La doctrina Monroe en el siglo XX se articula con la doctrina del Destino manifiesto2, que establece que son una nación (estados unidos) destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el pacífico, lo que justifica otras anexiones territoriales o áreas de influencia, y esta expansión es “manifiesta”, buena y obvia, por la autoridad divina o de dios.
Con la finalización de la segunda guerra mundial e inicio de la guerra fría, los estadounidenses llevan a cabo en latinoamérica múltiples intervenciones militares, económicas, políticas y a través de los servicios de inteligencia. Desestabilizando gobiernos, acusándolos de estar alineados con el bloque comunista. En realidad esos gobiernos lo que buscan es un desarrollo con independencia económica, autodeterminación política y justicia social.
Finalizada la guerra fría, el discurso del comunismo deja de tener sustento, mostrando el imperialismo estadounidense su real cara. América Latina y el Caribe No son soberanas e independientes. Los latinoamericanos No tienen derecho a a justicia social. Los recursos naturales como hace 527 años atrás no son de los pueblos originarios sino de los “conquistadores”. Hoy de las Empresas Transnacionales, estadounidenses e inglesas. Los hombres y mujeres de Nuestra América son siervos, esclavos o perciben salarios de hambre con suerte. Los gobernantes tienen que ser cipayos o virreyes del imperio.
Pero Nuestra América no es lineal. Hay avances y retrocesos. Hoy resiste Venezuela y junto a ella todo el pueblo de nuestro continente. Desde el sur del río Bravo al Cabo de Hornos. Porque como señalaba Fidel: “Nosotros consideramos que este continente tiene en su vientre una criatura que se llama revolución, que vienen en camino, y que inexorablemente, por ley biológica, por ley social, por ley de la historia, tiene que nacer, y nacerá de una forma o de otra, el parto será institucional, en un hospital o será en una casa, serán ilustres médicos o será la partera quien recoja la criatura, pero de todas maneras habrá parto”
2Theodore Roosevelt (1904)

MB

catedralibreallende@gmail.com