viernes, 27 de septiembre de 2019

Cátedra Libre Salvador Allende en Buenos Aires celebra Chile

La Cátedra Libre Salvador Allende de la Universidad de Buenos Aires invita a visitar su stand Número 38, el sábado 28 de septiembre de 12 a 19 horas en Diagonal Norte y Florida de la Ciudad de Buenos Aires. Tendremos Libros, la Revista Arauco tercera época, CD, DVD, posters, etc.
Este 28 de septiembre se conmemoran los 87 años del nacimiento del cantautor Víctor Jara quien se desempeñó como embajador cultural del Gobierno del presidente Salvador Allende.
catedralibreallende@gmail.com 
Salvador Allende, Rolando Calderón y Luis Corvalán











miércoles, 11 de septiembre de 2019

Venceremos y seguiremos venciendo. No nos han vencido

22 de noviembre de 1971, José Cárcamo Barría (Presidente
Nacional de los Trabajadores del Petróleo) dirigiéndose
a Salvador Allende y Fidel Castro en Magallanes

Extracto del libro José Cárcamo Barría: Un socialista de otra época

La Unidad Popular (UP) conquistó la victoria con Salvador Allende en las elecciones presidenciales del 4 de Septiembre de 1970, enarbolando un programa que se planteaba como objetivo el socialismo. Inauguraba así un camino nuevo que provocó con razón un gran impacto mundial. Sin embargo, la Unidad Popular fue el resultado de un proceso que no alude solo a un itinerario electoral, fue un proceso creciente de acumulación de fuerzas. La UP fue por excelencia un movimiento político y social construido durante décadas, que creció y se desarrolló en la lucha social, en las huelgas y paros nacionales de los trabajadores, en las tomas de terrenos por los pobladores sin casa, en las peleas de los campesinos, en las grandes movilizaciones juveniles, en el movimiento por la reforma universitaria protagonizado por los estudiantes.
Esos potentes movimientos sociales lograron victorias importantes, pero el triunfo de la Unidad Popular nunca hubiera sido posible sin un movimiento popular concebido como movimiento político y social, si no hubiera crecido al mismo tiempo la actividad de los partidos políticos de izquierda, que fueron capaces de dirigir y encauzar la organización, la lucha y la maduración de la conciencia popular, logrando que los trabajadores se constituyeran en el núcleo de un amplio frente antiimperialista y antioligárquico. La UP inauguró otro camino para llegar al socialismo, con lo cual levantaba un ejemplo que Estados Unidos no podía aceptar. Ninguno de los errores e insuficiencias que tuvo la UP explica su derrota, esta solo se puede explicar debido a la intervención norteamericana. Ni aún en la división de la izquierda podemos encontrar responsabilidades, pues fue una expresión de problemas estratégicos no resueltos por el propio movimiento popular, el de su autonomía frente al Estado, es así que el golpe lo sorprende sin las orientaciones capaces de enfrentar la emergencia que se venía encima.
El 11 de Septiembre nos sorprende, como familia, separados. Nuestro padre se encontraba en Punta Arenas, y nuestra madre a cargo de los 3 hijos, en Santiago. Como cada mañana nuestra madre comienza su día tempranamente preparándonos el habitual desayuno, con un jugo de naranjas y zanahorias. El mayor de nosotros, José Salvador, se traslada a su lugar de estudios, el Liceo José Victorino Lastarria, en tanto nuestra madre, junto a Doris, acompañan a Myriam a su colegio ubicado en el Sector de Portugal con Argomedo, le llama la atención el paso de tanquetas de carabineros que se dirigían por Nueva Los Leones, tomando Av. Andrés Bello con dirección al Centro. Esas mismas tanquetas son las que la dejan intranquila, y decide quedar esperando fuera del colegio con otros apoderados recogiendo informaciones y a la espera de alguna novedad. Es en ese instante cuando se siente el paso rasante de aviones, situación que hace que los directivos y profesores del Colegio decidan la evacuación y que los estudiantes retornen a sus casas. Son momentos tensos, nuestra madre se despide con un abrazo con aquellos apoderados que por afinidades políticas han hecho amistad, se siente en el aire que no se viene nada bueno. Los minutos parecen eternos, cuesta tomar locomoción, finalmente el traslado se hace en un taxi compartido con otros pasajeros. No hay claridad de lo que está sucediendo, al pasar por las afueras del Liceo José Victorino Lastarria, nuestra madre alcanza a divisar a José pero sin poder lograr que él la vea. José y sus compañeros de curso, de 15 años de edad o menos, discuten que hacer para defender al gobierno popular: ir al liceo 7 de niñas -a pocas cuadras del Lastarria- y con las compañeras movilizarse a rodear la Moneda, o ir a los cordones industriales, barrios populares, para organizar la resistencia. Algunos de esos niños y niñas, fueron al liceo 7, otros a la Moneda directamente, otros a los cordones industriales, pero la gran mayoría volvió a sus casas; sería la última vez que José vería sus compañeros del 2do F, del secundario.
Llegando a casa nuestra madre sintoniza radio Corporación, Radio Magallanes, hasta que logra escuchar al compañero Presidente, su último discurso que se transformó en una profecía, y nuestra madre repite, “llegó el fascismo, llegó el fascismo” al tiempo que rompe en lágrimas. El recuerdo del resto del día es de un día gris, triste, ya es un hecho que el Presidente ha muerto, estamos pegados a la tele viendo una y otra vez el bombardeo a La Moneda, al domicilio de Tomás Moro.
…...Pasan los días y retornamos a Punta Arenas, el 26 de Septiembre de 1973, nos acogió una vez más nuestra abuela Ofelia….un mes después, el día 26 de Octubre de 1973, nos encontrábamos reunidos en familia, nuestra madre se encontraba enferma y en cama con indicación de ser intervenida quirúrgicamente. A las 19 horas aproximadamente llegan dos individuos con vestimenta de civil, es Doris quien abre la puerta, se le ordena a nuestro padre a salir, que los acompañe pues deben conversar con él. Nos recorrió un aire frío en nuestros cuerpos, sabíamos qué significaba eso, y sin comentarlo, hace 1 mes y 15 días teníamos claro que ese momento iba a llegar. Ya unos días antes los pobladores de la población 18 de septiembre, un día sábado, amanecimos con las bayonetas encima, en un allanamiento por efectivos militares donde no hubo casa que no haya sido registrada.
Ya en prisión, a nuestro padre, el 28 de Octubre, al amanecer, lo sacan vendado de la pieza donde se encontraba aislado para ser interrogado, no sin antes golpear y patearlo en las costillas. Lo trasladan al Estrecho de Magallanes, hace frío, siente congelarse. Lo conminan a adentrarse al mar, conoce la bestialidad del que se cree humano lo irracional de los que se creen racionales, camina por el estrecho desnudo, cree que intentarán ahogarlo, el agua le llega al cuello, un metro más se ahoga o se congela. Finalmente esa parte del calvario termina, es arrastrado por dos oficiales y lo llevan a un calabozo. Ahora comienza otra parte del calvario cuando le piden nombres de los “extremistas”, a cada minuto todo se vuelve más y más irracional, los golpes siguen…. que terminan con su pérdida de conciencia. Cuando despierta ya está conectado a electrodos que le transfieren corriente (electricidad) en todo su cuerpo.
Escribir la historia de José Cárcamo Barría, nuestro padre, del esposo, abuelo, bisabuelo, vecino, tío, amigo, compañero, sindicalista, bombero, deportista, defensor de los Derecho Humanos, Colocolino, Socialista, Allendista; es rescatar la memoria de la clase trabajadora, es la memoria de una práctica política siempre al lado de la clase explotada, es la memoria que se opone a ser expropiada y resiste, es la fuerza que se niega a que la historia la escriban otros, es la fuerza sobre la que se imponen nuestros mártires. Son estos pedazos de memoria los que nos permitirán sacar lecciones del pasado, interpretar el presente para forjar en el futuro una nueva cultura política organizativa que inspire a las mejores generaciones de luchadores que seguirán naciendo para resistir, para luchar y para vencer.
Dice Raúl, vecino y amigo nuestro desde la infancia de la población 18 de septiembre de Punta Arenas, “con sus 89 años sé que el vecino José, está acompañado en la intimidad de su hogar, sé también que a mediana distancia le sigue el recuerdo cariñoso de muchos trabajadores y ex trabajadores de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), cientos de personas del mundo bomberil , del Partido Socialista y ciertamente de sus antiguos vecinos e hijos de vecinos que ya también nos vamos poniendo viejos y que añoramos, sin idealizar espero, la fraternidad que se vivió en las poblaciones de nuestra infancia. Infancia no exenta de la inevitable tragedia del tránsito humano, pero mitigada por una cercanía, que permitía fenómenos de superación personal, de resistencia apasionada por darle calidad a la propia vida y a la de los semejantes, de permitir en definitiva sanar las heridas y sembrar esperanza. José ha sido una de esas personas y bien merecido tiene los reconocimientos que con gratitud hacemos quienes hemos compartido parte de nuestras vidas con él y su familia”.
catedralibreallende@gmail.com