martes, 24 de marzo de 2009
Los significados: a 33 años del golpe de estado de 1976
Los significados
¿Cómo empezar a escribir sobre el 24 sin caer en el consignismo estúpido en el que caen muchos partidos de la izquierda no practicante? ¿Cómo escribir desde el lugar que nos dejaron los desaparecidos y las madres de los desaparecidos y los hijos de los desaparecidos? Ese lugar, el que ellos nos dejaron, el que ellas nos dejaron, el que los hijos de ellos nos dejaron, es el de la resistencia. Y hoy esa resistencia, ante este presente tan abyecto, tan confuso, se vuelve imprescindible para pensar como continuar.
No quisiera escribir una opinión desde el dolor, porque no es lo único que nos dejaron ellos.
Pero hoy es imprescindible mirar el pasado para pensar el presente en la argentina. Porque lo que se mató en la década del 70 es un tipo de argentina, un modelo de país que poco tiene que ver con el actual proyecto de país que algunos quieren implementar.
Pienso en paradojas ¿Qué es ser un héroe hoy? Hace poco en una reunión de docentes, al otro día que Cobos derogó la 125, un docente exaltado vociferó “¡por fin alguien le puso la tapa a los peronistas! ¡Eso es tener huevos!”. Pienso que en este momento tan confuso los referentes tienen múltiples significados e incluso su contrario. Hoy quienes traicionan de la forma más miserable tienen huevos y son héroes. Si el traidor es el héroe (tal como lo muestran los medios de comunicación a Cobos), esto dispara en nuestro imaginario social y nos hace repensar y reformar nuestro significado de héroe o de tener huevos. Hoy tener huevos es ser capaz de traicionar un proyecto del que uno es parte.
Pero yo prefiero quedarme con mi propio significado de tener huevos, que es el de ser capaz de resistir, el de ser capaz de morir por una convicción o incluso abrazar un convicción que no conviene a mi clase social pero es más justa para los pobres y excluídos.
Esto me lleva a apuntalar la segunda paradoja del presente argentino: “todos somos el campo” contradiciendo a la vez la otra consigna campestre “la argentina es el campo”. En primer lugar, si todos somos el campo yo quiero mi hectárea porque nunca la tuve ¿Estarían dispuestos los de la sociedad rural a darme mi parte si todos somos el campo? Hay muchos que están en mi misma situación, sedientos de ser la argentina (“la argentina es el campo”), incluso la izquierda internacionalista.
En este presente ¿Quiénes son los excluidos? ¿Quiénes son hoy los piqueteros? Los incluidos que quieren estar más incluidos aún y por eso se sienten excluidos. Los pobres de hoy, excluidos por querer estar más incluidos aún sienten que la presidenta no gobierna para ellos. Ella “gobierna para los negros, que gobierne para los blancos”.
Es decir, en este orden que imponen los incluidos excluidos por querer estar más incluidos aún, los excluidos (excluidos de todo) no merecen asomarse al sistema. Y lo dicen a boca de jarro y los medios de comunicación los apoyan y los victimizan (esto me lleva a pensar el significado de víctima ¿Qué es ser victima hoy? Pero sería demasiado). Pero no sólo eso: la izquierda, defensora de los excluidos del sistema apoya a los excluidos que quieren estar más incluidos.
Discúlpenme si los maree, pero los significados oximóricos del presente (un oximoron es una unión de contrarios), también me marean a mí. No quiero tocar el tema de la ley de difusión de prensa actual de la dictadura, donde los medios masivos de comunicación defienden la monopolización de la información (¿esto es la libertad de prensa?) y pretenden boicotear el proyecto presidencial que establece la no monopolización de la información ¡Qué paradoja! La prensa se opone a una ley de radiodifusión que da oportunidad de expresión a otros medios alternativos. La prensa se opone a la libertad de prensa.
Para terminar, no creo que todo pasado fue mejor, sí tal vez los significados sociales y culturales estaban más claros (un traidor era un traidor y no un héroe, un excluido era un excluido del sistema y no un incluido que quiere incluirse más y más y la libertad de expresión no era la monopolización de la información). Pero hay una esperanza en este presente, porque aún hay sujetos que creen en un proyecto de país donde los significados sociales son claros y contundentes y combaten la ideologización de las derechas, que pervierte los significados sociales hasta convertirlos en su contrario. Hoy el pasado –la disputa de dos argentinas, una un poco más inclusiva que la otra-está más presente que nunca en este presente, incluso en la confusión ideológica que pretende generar la derecha y la mal llamada izquierda (todo sea por la lucha de clases abrazan la lucha de los incluidos). Siempre, en todos los tiempos de la argentina, la derecha pervirtió y convirtió en su contrario a las categorías sociales.
Debemos estar alerta, apoyar a este gobierno no en todo, sino sólo en aquello que se parece lo más posible a la argentina que nuestros compañeros desaparecidos soñaron. Esto es mayor igualdad social y mayor redistribución de la riqueza.
Rosita Libertad
Estudiante de Letras - UBA
catedralibreallende@gmail.com
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